Índice
- ¿Qué es el duelo?
- Fases del duelo.
- Características del duelo.
- Tareas en el duelo.
- Duelo patológico.
- Factores de riesgo.
- Recomendaciones.
- Bibliografía y webgrafía.
¿Qué es el duelo?
El duelo es el proceso de adaptación o recuperación que tienes tras una pérdida. No sólo se refiere a la muerte de un ser querido, sino que elaboras duelos ante la pérdida de cualquier cosa significativa para ti, como una separación afectiva, la pérdida de tu empleo, una mudanza, una mascota, un cambio de colegio, etc. El recorrido psicológico que ocurre desde que sufres la pérdida hasta que la superas es lo que se conoce como “elaboración del duelo”.
Ahora bien, a lo largo de tu vida es normal que tarde o temprano sufras alguna pérdida significativa y que sientas dolor ante ella, pero dependiendo de lo que hayas perdido, podrás llenar el vacío que ha dejado con mayor o menor dificultad, ya que por ejemplo, no es lo mismo perder un empleo, que luego puedes encontrar otro inclusive mejor, que perder un hijo. En general, cuanto más involucrado positivamente en tu vida estaba lo que has perdido, más suele costar superarlo, ya que perder a alguien que te hacía daño puede representar más bien un alivio.
Entonces, aunque las pérdidas son comunes en tu vida, algunas de ellas te pueden ocasionar mucho dolor, incertidumbre, desasosiego e incluso puedes llegar a dudar si lo vas a poder superar. En este artículo pretendo ampliar tus conocimientos acerca del duelo y ayudarte a sobrellevarlo mejor para que no se convierta en algo crónico o patológico que te impida seguir adelante con tu vida con ilusión y entusiasmo.
Fases del duelo
La psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross, en su libro «Sobre la muerte y el morir», explica cinco etapas de duelo en las que describe los sentimientos y comportamientos que puedes tener a lo largo del mismo. Estas son:
- Negación
En esta etapa te cuesta creer o aceptar la pérdida y ocurre porque la noticia de la pérdida te provoca un estado de shock y confusión, dado que es un impacto intenso que te cuesta procesar. Esta etapa puede comenzar antes de la pérdida, como ocurre cuando por ejemplo tienes un familiar convalesciente de una enfermedad y ya te han anunciado un desenlace fatal o cualquier pérdida que puedas prever con cierta antelación.
- Ira
En esta, tienes sentimientos de rabia, odio o resentimiento. Buscas culpables o responsables de lo ocurrido, y en ocasiones la rabia y la culpa pueden ser hacia ti mismo(a), con sentimientos de autoreproche o puede ser proyectada hacia otros. Generalmente se debe a la frustración e impotencia que te genera el darte cuenta de la irreversibilidad del hecho o una sensación de injusticia.
- Negociación
En esta fase, imaginas que puedes cambiar lo que ha pasado, piensas estrategias que habrían podido evitarlo, te planteas lo que habría ocurrido si tú u otras personas hubieran actuado de manera distinta, etc.
- Depresión
La tristeza tarde o temprano acompaña los procesos de duelo. Puedes tener una sensación de vacío o soledad, añoranza, aislarte, sentir pocas ganas de continuar con tus actividades, te cuesta imaginarte la vida en ausencia de lo que has perdido, lloras, tienes poca energía, etc.
- Aceptación
Finalmente, terminas por aceptar la pérdida y aprendes a convivir con tu dolor, recuperando progresivamente la alegría y adaptándote a la vida sin eso que tanto querías.
Características del duelo
Estas fases son una manera general de explicar lo que puede pasar en un duelo, no tienen que seguir ese orden y se pueden superponer, pero sobre todo, cada persona es distinta y todos los duelos son diferentes.
La psicoterapeuta Cate Masheder describe lo que ocurre de la siguiente manera:
Imagina que tú estás representado(a) por un círculo y todo lo que tiene que ver con tu vida está dentro de él. En un duelo, este círculo se colorea de negro y todas las áreas de tu vida están afectadas por ese dolor. Pues, ese dolor se mantiene dentro de ti, pero en el proceso del duelo aprendes a que tu vida crezca alrededor de él y, siguiendo con la analogía del círculo, es como si tu vida se empezara a desarrollar en otro círculo concéntrico más grande alrededor del dolor en el centro, del cual lo perdido no forma parte.
«Así, aunque experimentamos muchas otras cosas nuevas en nuestras vidas, el duelo se queda dentro, aprendes a que forme parte de tu vida, y en ciertos momentos, como en los cumpleaños, los aniversarios, en Navidad, y en otras ocasiones volvemos a sumergimos directamente en ese dolor y después, cuando esa fecha pasa, vuelves a recordar la otra parte de tu vida, ese círculo concéntrico más amplio”.
Ahora bien, es importante pensar que ese círculo de dolor no se queda para siempre igual de oscuro, puede cambiar de color, de forma, transformarse de muchas maneras que van a depender en gran parte de los recursos internos que tengas y de las circunstancias externas que le acompañen.
Un duelo suele durar entre 6 meses y 2 años. En ese tiempo, es normal que hables con la persona que se murió, que le llames o le busques, que uses o vistas algo que era de esa persona, como su perfume o una prenda, que veas su foto y la beses o la abraces. También sueles tener pensamientos o imágenes intrusivas, dificultad para concentrarte, fallas de memoria, ansiedad, apatía, sensaciones de irrealidad, dificultades para dormir, poco o mucho apetito, tienes sueños donde aparece, atesoras sus objetos, intentas mantenerte muy ocupado o pasas mucho tiempo en la cama, etc. También sería normal sentir alivio, emancipación, libertad, en casos en los que tu vida estaba muy limitada por tener que cuidarle o por su carácter rígido.
Verás, la intensidad y la duración de este proceso son proporcionales a la dimensión y al significado de la pérdida. En general, cuanto más dependes de lo que pierdes, más afectada va a estar tu vida. Por ejemplo, si te gustaba tu empleo y lo pierdes, también pierdes con él una actividad en la que te sentías bien, en la que pasabas largas horas de tu vida ocupado(a), si no consigues otro, bajan tus ingresos económicos y tu poder adquisitivo, puede ser que tengas que abandonar actividades lúdicas, etc. Una señora mayor que depende de su marido para todo, al perderle pierde también el que se ocupa de las cuentas, de los pagos, de las compras, de los desperfectos de casa, del jardín, etc, es decir, una pérdida puede tener mucho o poco impacto en tu desenvolvimiento cotidiano y esto también forma parte de la mayor o menor dificultad en elaborar ese duelo que incluye 4 tareas básicas:
Tareas en el duelo
Tarea I: aceptar la realidad de la pérdida.
Tarea II: trabajar las emociones y el dolor de la perdida.
Tarea III: adaptarse a un medio en el que lo que se ha perdido está ausente.
Tarea IV: recolocar emocionalmente lo perdido y continuar viviendo.
Duelo patológico
La mayoría de las personas, a pesar del sufrimiento, consiguen elaborar adecuadamente el duelo sin que resulten necesarias intervenciones psicológicas y farmacológicas específicas y en algunos casos inclusive puede contribuir a un crecimiento personal, pero puede ocurrir que te quedes estancado(a) en alguna de estas tareas y el duelo puede complicarse y convertirse en patológico. Se calcula que alrededor de un 16% de las personas que sufren la pérdida de un ser querido presentan un cuadro depresivo durante el año inmediato al fallecimiento de éste. La tasa asciende a un 85% a partir de la sexta década de la vida.
En el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) se establece el “Trastornos por duelo Complejo Persistente” en personas que han perdido a alguien con quien mantenían una relación cercana, que consiste en que, casi a diario sientes añoranza por el fallecido, pena y malestar emocional intensos, preocupación por el difunto y /o por las circunstancias del fallecimiento.
También, tienes dificultad marcada para aceptar su muerte y/o para recordar positivamente al fallecido, experimentas incredulidad o anestesia emocional en relación a la pérdida, haces evaluaciones desadaptativas sobre ti mismo(a) en relación al fallecido o a su muerte, como sentirte culpable, tienes tristeza, ira o evitas en exceso a las personas, los lugares o situaciones que te recuerdan al fallecido.
Además, puedes ser que tengas deseos de morir para poder estar con el fallecido o dificultades para confiar en otras personas desde que este falleció, sientes soledad, desapego de otros, que la vida no tiene sentido o está vacía sin el fallecido, o crees que no puedes funcionar sin él.
Puedes sentir confusión acerca de tu papel en la vida, disminución del sentimiento de identidad propia, como p. ej., sentir que una parte de ti murió con el fallecido, dificultad o reticencia a mantener intereses, amistades, actividades o hacer planes de futuro desde la pérdida.
En general, hay un malestar importante o disfunción en áreas sociales, laborales u otras áreas de tu vida y los otros consideran que tu reacción de duelo es desproporcionada o inconsistente con las normas culturales, religiosas o apropiadas a tu edad.
En el caso de tener estos síntomas tras 12 meses de la pérdida es muy importante acudir a un profesional de la psiquiatría y/o psicología, ya que puedes estar sufriendo un episodio de depresión que implicaría un duelo patológico.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo para un duelo patológico son:
- Circunstancias traumáticas.
- Muerte de esposo, hijo o progenitor.
- Muerte inesperada, repentina y fuera de tiempo.
- Muertes múltiples.
- Muerte por suicidio.
- Muerte por homicidio.
- Personas vulnerables (baja autoestima).
- Desorden psiquiátrico previo.
- Amenazas o intentos de suicidio previos.
- Familia ausente o poco contenedora.
- Vinculo dependiente con el fallecido.
- Apego inseguro a los padres durante la niñez.
Recomendaciones
- Acepta tus emociones. Llora si tienes ganas de hacerlo.
- Habla de cómo te sientes con familiares, amigos o con alguna persona por la que te sientas comprendido.
- Procura dormir y comer bien. Si te cuesta conciliar el sueño busca en redes sociales meditaciones para dormir.
- Haz ejercicio físico, sal a andar, practica yoga, tai chi, etc.
- No te aísles, frecuenta a tus amigos y familiares.
- Mantente activo(a).
- Permítete sentir sin culpa emociones positivas, ríe, disfruta tus aficiones.
- Escoge lecturas, películas y programas de TV que te hagan reír o simplemente entretenerte, esto movilizará neurotransmisores positivos para el ánimo.
- Evita el alcohol y las drogas.
- Si sientes que te has quedado con la necesidad de expresarle alguna cosa puedes realizar alguna actividad simbólica como escribirle una carta al fallecido y enviársela simbólicamente (quemándola o entregándosela a alguien).
- Pide ayuda para lo que necesites. Recuerda que posiblemente tienes que aprender a hacer cosas que antes no hacías.
- Si estás en una ruptura afectiva, evita seguirle por redes sociales, seguirás enganchado(a) a esa persona. Si te acosa, bloquéale tú y denuncia si es necesario.
- Piensa algún beneficio de esa ruptura, como poder mudarte, hacer un cambio en tu vida, centrarte en ti y en lo que tú quieres, etc.
- No pierdas la confianza en ti mismo y procura aumentar tu autoestima, cuidando tu aspecto personal, haciendo cosas que se te dan bien, etc.
- Tómate tu tiempo para superarlo, es normal estar descolocado.
El método SHEC es un método psicoterapéutico que ayuda a procesar más rápidamente cualquier situación traumática, aliviando los síntomas y ayudándote a que te sientas mejor, refuerces tu capacidad de afrontamiento y puedas sobrellevar el proceso de duelo con menos sufrimiento. No dudes en contactar conmigo si lo necesitas y si quieres conocer más sobre él dale click al video de la página de inicio.
Bibliografía y webgrafía
- Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. DSM-5. Editorial médica Panamericana. España. 2014.
- https://www.bbc.com/mundo/noticias-43893550
- http://www.psicoterapeutas.com/paginaspersonales/susana/DUELO.pdf