El miedo y las fobias

por Patricia Cruz, 6 enero de 2021

Contenido

  • ¿Qué es el miedo?
  • ¿Y qué es una fobia?
  • Tipos de fobia
  • Fobia social
  • Agorafobia
  • Ataques de pánico

¿Qué es el miedo?

Si sufres de alguna fobia o miedo, en este artículo no encontrarás imágenes aversivas, espero que las que he puesto te ayuden a leerlo con calma. 

El miedo se define como una sensación de angustia por un riesgo o daño real o imaginario y es una emoción normal que todos hemos sentido alguna vez ante algún peligro y que ayuda a la supervivencia. Ahora bien, el miedo se puede considerar adaptativo si es congruente con el estímulo o situación que lo provoca, pero cuando no lo es, se considera disfuncional. Este es el caso de las fobias o los ataques de pánico, que no son congruentes ya que son desproporcionados o ante estímulos que normalmente no generan miedo.

miedo, crecimiento personal

¿Y qué es una fobia?

Una fobia consiste en miedo o ansiedad intensa e inmediata por un objeto o situación específica, que son desproporcionados al peligro real que estos plantean y al contexto sociocultural, y te  llevan a que los evites o te resistas a su presencia.  Además, el miedo, la ansiedad o la evitación son persistentes y te causan malestar o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes de tu vida. La mayoría de las personas que sufren alguna fobia no suelen buscar tratamiento, sino que adaptan su vida a la misma, evitando el objeto en cuestión y la disfuncionalidad va a depender de cuanta limitación le produce, por ejemplo, a una persona con fobia a los ascensores le produciría mucha disfuncionalidad en Nueva York, pero no en ciudades donde los edificios no suelen tener más de 5 pisos. Una persona con miedo a los aviones puede elegir viajar en tren o barco, pero si fuera un ejecutivo que tiene que viajar mucho se le complicaría mucho la vida. 

Tipos de fobia

Hay muchos tipos de fobia, entre ellas están: 

-. Aracnofobia: miedo a las arañas.

-. Hematofobia: miedo a la sangre.

-. Misofobia:  miedo a los gérmenes y la suciedad.

-. Ofidiofobia: miedo a las serpientes.

-. Acrofobia: miedo a las alturas.

-. Cinofobia: miedo a los perros.

-. Nictofobia:  miedo a la oscuridad.  

-. Emetofobia es el miedo de vomitar.

-. Icmofobia: miedo a las cosas punzantes como agujas, cuchillos, bolígrafos, etc.

-. Entomofobia: miedo excesivo a una o más clases de insectos.

-. Brontofobia: miedo a  fenómenos naturales, como tormentas, relámpagos, aguas profundas.

-. Coulrofobia: miedo de los payasos y/o mimos.  

-. Tanatofobia: es el miedo a la muerte.

-. Necrofobia:  miedo a los muertos y todo lo relacionado con ellos.

-. Claustrofobia:  miedo a los espacios o recintos cerrados o de dimensiones limitadas.

Fobia social

Además de estas,  hay dos fobias que merecen especial atención: una de ellas es la fobia social o trastorno de ansiedad social, que consiste  en que sientes miedo o ansiedad intensos, desproporcionados y persistentes, en situaciones sociales en las que estás expuesto(a) al posible examen por parte de otras personas. Algunos ejemplos son las interacciones sociales, como mantener una conversación o  reunirte con personas extrañas, cuando te sientes observado(a), o cuando tienes que actuar delante de otras personas como en el caso de tener que dar una charla. 

Esta fobia te puede producir ansiedad anticipatoria en relación a cómo vas a actuar o miedo de mostrar síntomas de ansiedad frente a otros,  como rubor, tartamudez, temblor, sudoración, quedarte bloqueado(a) o no poder mantener la mirada, y a que tengan una valoración negativa de tu persona. Puedes temer  el que te humillen, te avergüencen, te rechacen o que ofendas a alguien.  Esto va condicionando tu vida, por ejemplo: si tienes miedo al temblor de manos puedes evitar comer, beber, escribir o señalar en público; si tienes miedo a la sudoración puedes evitar darle la mano a la gente; si tienes miedo a sonrojarte, puedes evitar discusiones o conversar sobre temas íntimos. Puede ser que busques empleo en puestos de trabajo que no requieran entablar contactos sociales y que vivas en casa de tus padres o familiares por mucho tiempo, demorando la hora de independizarte aunque pudieras hacerlo.

Si sufres de ansiedad social, esto puede afectar tu asertividad en tus relaciones interpersonales, hacer que seas muy sumiso(a), sin hacer valer tus derechos o atreverte a reclamar cosas justas o que tu tono de voz sea muy bajo. Es común la timidez y puede que seas retraído(a) y cerrado(a) en las conversaciones, así como seguramente hablas poco de tí mismo(a).

Agorafobia

La otra fobia que merece especial atención por su gravedad es la Agorafobia, que consiste en que tienes miedo o ansiedad intensa, continuos y desproporcionados en alguna(s) de las situaciones siguientes:

  1. Uso del transporte público (p. ej., automóviles, autobuses, trenes, barcos, aviones).
  2. Estar en espacios abiertos (p. ej., zonas de estacionamiento, mercados, puentes).
  3. Estar en sitios cerrados (p. ej., tiendas, teatros, cines).
  4. Hacer cola o estar en medio de una multitud.
  5. Estar fuera de casa solo.

En general, temes o evitas estas situaciones debido a la idea de que escapar podría ser difícil o podrías no disponer de ayuda si aparecen síntomas tipo pánico u otros síntomas incapacitantes o embarazosos. Muchas veces, si tienes que exponerte a estas situaciones, buscas la presencia de un acompañante.

En estas dos fobias, como en toda fobia, el miedo o ansiedad intensa te lleva a evitar estas situaciones, ocasionándote malestar o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes de tu vida. 

Como ves, las fobias en general, producen limitaciones y retrasos en tu vida cotidiana y, por supuesto, cuanto más frecuentemente te enfrentas al estímulo o situación que te genera la fobia, ésta te producirá más interferencia en tu vida. El grado de incapacidad que te produce va a depender de lo fácil que te sea  evitar la situación fóbica. De cualquier manera, suponen una restricción a tu desenvolvimiento, al disfrute de muchas situaciones, a tu expansión, en fin, a tu libertad.

De no recibir tratamiento, las fobias suelen permanecer por muchos años, o por toda la vida,  pues se trata de un trastorno crónico. La mayoría de las personas mejoran con medicación adecuada y psicoterapia.

Ataques de pánico

Volviendo al miedo. En mi artículo del Blog acerca del estrés postraumático profundizo en algunas consideraciones acerca de los mecanismos involucrados en el miedo, pero en resumen te puedo explicar que nuestro cerebro analiza y categoriza las situaciones o estímulos como amenazantes o inocuos. Si lo has categorizado como amenaza,  harás una valoración de si cuentas con las estrategias de afrontamiento necesarias para hacer frente a lo que la situación requiere y, si crees que no cuentas con los recursos necesarios para afrontarlo, la situación te produce miedo, y sensación de no tener el control.

Subjetivamente, cuando tienes miedo sientes aprensión, desasosiego, malestar, tensión nerviosa y preocupación por tu integridad física.  Cuando lo sientes, se desencadena una serie de respuestas fisiológicas destinadas habitualmente para prepararte para la huída o el enfrentamiento, que consisten en:

  • Aumento de la frecuencia cardíaca.
  • Aumento de la presión arterial.
  • Reducción del volumen sanguíneo y de la temperatura periférica, por lo que te pones pálido, y  buena parte de tu sangre se dirige a los músculos mayores, como las piernas, para disponer así de la suficiente energía para escapar si es necesario.
  • Aumento de la tensión muscular
  • Aumento de la frecuencia respiratoria.

Esta cadena es normal que se desencadene ante el peligro, pero cuando el miedo es disfuncional, puedes tener estos síntomas ante situaciones no amenazantes y producir los llamados ataques de pánico, en los que puedes sentir que estás perdiendo el control, que te puedes volver loco, que estás teniendo un ataque cardíaco o sensación de muerte inminente y, cuando son recurrentes, te quedas con miedo a que te vuelva a ocurrir y pueden afectar tu calidad de vida.

En algunas ocasiones puedes identificar un evento que puede estar relacionado con la a aparición de la ansiedad o la fobia, pero muchas veces no logras identificar su origen. Esto ocurre porque el origen de esos miedos están en el inconsciente, relacionados con situaciones que tú no recuerdas y que con técnicas psicoterapéuticas como el método SHEC, la biorreprogramación o la hipnosis, puedes acceder a ellas y desactivarlas, logrando un alivio de los síntomas y mejorando tu calidad de vida. 

Es por eso que ante este conjunto de síntomas lo indicado es consultar con un  profesional de la salud mental. 

El método SHEC es un método psicoterapéutico que ayuda a superar las fobias y la ansiedad de cualquier origen, ya que va a las redes neuronales implicadas y produce un efectivo alivio de los síntomas.  Si quieres conocer más sobre él ve el video en la página de inicio.